Un par de días antes de que cerraran la biblioteca, en el club de lectura, comentábamos el libro de Olga Merino “Espuelas
de papel”, en la que se narra, entre otras cosas, la trágica emigración
andaluza a Cataluña de los años 50 y 60. El libro cuenta una historia de
perdedores y desolación, de cómo fue la vida de la primera generación de
emigrantes que, pese a lo mal que lo pasaron, nunca llegaron a renegar pese a las ofensas recibidas; hoy, 50-60 años más tarde, sus hijos y nietos son
hasta líderes del independentismo; pero no es de esto de lo que quiero
comentar; en la narración, la protagonista (Juana), una chacha para todo nacida en Sevilla, es
repetidamente ofendida por los propietarios catalanes, unas ofensas que hoy se
siguen escuchando; en este punto, en el club de lectura, se plantea un debate entre quienes no les importa esas ofensas (pocas) y los que si; a mi, como andaluz, me duele que nos insulten, quienes lo hacen solo pretenden obtener réditos políticos y económicos y si no se le pone freno suele tener consecuencias al amplificase por unos medios ávidos de generar tensión política, social e incluso crear una conciencia contra el andaluz y Andalucia en mentes poco letradas.
Seguramente no la convencimos, pese a ello, quiero reflejar una frase dicha por Chachachica
(chacha que crió a Juana y que sigue viviendo en Sevilla) a Juana (Chacha en
Barcelona) “No hay que tener miedo a
nada, ni de la misma muerte. Cuesta arriba van todos los caminos, y esta vida
es tirar hacia adelante sin mirar atrás, siempre hacia adelante, siempre,
aunque tengas que picar el vientre del caballo con espuelas de papel.”
Como
se dice en el entrecomillado, los andaluces tenemos que seguir tirando para
adelante, pero sin que mientan sobre nosotros y nuestras costumbres, sin que nos quiten lo que nos corresponden, ni dejarnos avasallar, es lo que algunos pretenden con la ofensa, el insulto, la vejación, el desprecio..., y si es necesario recordar que Andalucía es tierra de grandes escritores, Lorca, Machado, Bécquer o Juan Ramón Jimenez y recordarles que fueron andaluces, los que levantaron Cataluña o el País Vasco incluso Europa yendo a trabajar en unas condiciones nada fáciles y todo ello sin olvidar su tierra.