sábado, 16 de mayo de 2020

NUEVA NORMALIDAD

Mirando un futuro mejor

De un tiempo a esta parte se han acuñado un par de conceptos que han generado cierta discrepancia, son los de “España vaciada y  “nueva normalidad”. No soy filólogo pero el de España vaciada me suena mal, no sé si la expresión es correcta, me sonaría mejor decir la España que se vacía, o la España vacía, pero son estos señores y los que están en la RAE, esa que dicen que “limpia fija y da esplendor”  los que tienen la última palabra y no parece que digan nada al respecto.

         La frase “nueva normalidad” surgida como modo de definir la vuelta  tras el Covid-19, tampoco ha gustado a mucha gente, parece que a la derecha, más derecha, no le ha parecido nada bien, así tenemos que el diario del Sr. Inda (Okdiario) ha dicho “la nueva normalidad tiene casualmente el nombre de un capítulo de una serie nazi”; no, no ha gustado a la derecha, el mero hecho de pensar que la “nueva normalidad” pueda ser algo diferente a aquello por donde se han movido muy a gusto les descorazona, ellos quieren seguir pisando la misma mierda.

        Me gusta hablar de “nueva normalidad”, no quiero volver a la vieja normalidad cuando se descubra la vacuna, no quiero sentirme ganado en los transportes públicos, ni que un futbolista esté mejor valorado que un científico, un médico, un maestro o cualquiera de los que han demostrado su valor en esta pandemia, no quiero vivir esa vida consumista llena de rebajas y de compras a tumba abierta o que sea el Corte Ingles quien marque las estaciones del año, no quiero seguir viendo como nos meamos de la risa cuando se habla del calentamiento global o del deshielo de los polos y glaciares, no quiero seguir escuchando como se mueren en otros lugares de la tierra mientras otros viven como pachás, tampoco quiero escuchar que hay guerras para enriquecer a otros, tampoco quiero ver a niños en mi ciudad y en ninguna pasando hambre o pidiendo una dádiva, no quiero seguir escuchando a nuestros políticos el latiguillo "y tu más",  yo si quiero la “nueva normalidad”, sería feliz; antes, en la antigua normalidad, había demasiados infelices, aunque me temo que, esta nueva normalidad, no traiga nada bueno, ya están a la caza y captura los fondos buitre.

lunes, 11 de mayo de 2020

EJERCICIO FISICO DURANTE MI CONFINAMIENTO Y UNA POSTDATA.

Me ha gustado el deporte, más practicarlo que verlo, me ejercité en el yudo durante muchos años, el miedo a lesionarme me hizo dejarlo; ese miedo hizo que lo sustituyera por el atletismo, ahí estuve corriendo largas distancias (20-30 Km) y haciendo velocidad (400-800 m) estaba preparado para una maratón, me quedé con las ganas.

La política y el sindicalismo hizo que abandonara esa afición y mi organismo lo pagó caro, engordé y engordé hasta no poder más. Una vez prejubilado quise retomar algo más tranquilo, opte por el
senderismo, me gustaba el contacto con la naturaleza, pero aún sigo echando de menos aquellos deportes más intensos, no se puede negar, la edad es un impedimento para determinadas actividades deportivas. 


      Aunque ahora se puede salir a la calle,  durante el confinamiento, hacer ejercicio o darse largas caminatas ha sido algo prohibido, había que hacerlo en casa,  organicé una tabla de gimnasia personalizada, de aquella etapa deportiva tengo distintos libros de ejercicios, “Enciclopedia completa de ejercicios” de Diagram Group, “Estirándose” de Bob Anderson o el libro de Juan Mora “Correr/Manual para hacer footing y maratón”. No es fácil hacer actividad deportiva en una casa, las articulaciones sufren, pero peor es no hacer nada, así que, desde el primer día de confinamiento puse buena música, al menos la que a mí me gusta, en esos momentos deportivos me han acompañado, José Feliciano, Ismael Serrano, John Denver, Franco Battiato o los Beatles, que gran invento ha sido el Spotify;  el primer día comencé con 20 minutos; con los días, se alargaron a 30’, más tarde 45’ y, en vísperas del desconfinamiento, ya llevaba una hora que con la tabla de estiramiento se alargaba un poquito más,  el recorrido: salón, pasillo, dormitorio, entrada y cocina, media vuelta y regreso por el mismo camino, francamente terminaba cansado, al menos he notado que me ha servido para no coger peso, tras la reconfortable ducha, se continuaba con la sección de lectura. 

          Llegó el día del desconfinamiento, ya podemos salir a hacer ejercicio, solo hay que levantarse pronto y estar en la calle a las 8 de la mañana, es pura delicia, parece mentira que uno necesite tanto la calle, ver a otras personas, poder respirar ese aire nuevo que hemos dejado limpio, antes de volverlo a ensuciar, notar la tensión muscular que más tarde se transformó en "agujetas", ver como la primavera ha explotado y como la Vega de Granada se ve impresionante con sus huertas de habas, alcachofas y distintas frutas de primavera; recortando el horizonte, se aprecian los últimos restos de nieve de Sierra Nevada, nunca me había gustado tanto salir a trotar, tras  dos horas aproximadamente se regresa a casa y a la ducha reconfortante.

          Un día menos para la "nueva normalidad", ¿será nueva, o más de lo mismo?

Postdata. Mientras escribo esta entrada me entero que a todos los jugadores profesionales de fútbol les están haciendo los test del Covid-19, es una auténtica vergüenza que estos millonarios, algunos casi analfabetos, sean considerados más prioritarios para la realización de esos test que los médicos, enfermeros  y todo aquel que ha estado en primera linea de batalla contra el virus. UNA VERGÜENZA

jueves, 7 de mayo de 2020

TODO ESTÁ CONECTADO

       Si hace unos días hablaba de la antropóloga Yago Herrero, hoy me intereso por un artículo de la periodista Sonia Shah que aunque nacida en los Estados Unidos su origen es indio, en sus artículos habla sobre salud global y derechos humanos.
        En uno de sus artículos expone lo siguiente:
        "Lo que me ha enseñado la historia de las pandemias es que todas estas cosas están conectadas.
         La salud humana está conectada con la salud de nuestras sociedades, la salud de nuestros animales, la salud de nuestra vida silvestre. La salud de nuestros ecosistemas. Todos están conectados.
        Así que tenemos que volver a imaginar el camino, hoy solo pensamos en nosotros mismos, en tanto que todos vivimos en este mundo microbiano.
        Podríamos hacer cosas como restaurar el hábitat salvaje para que los microbios que viven en animales no se derramen en cuerpos humanos.
        Podemos hacer cosas como proteger la salud de la mayoría vulnerable, las personas que están viviendo sin saneamiento, las personas que viven en barrios marginales, los animales que viven en granjas en condiciones deplorables.
        Porque su salud está muy obviamente conectada a la nuestra.” 
“Sonia Shah.
        Solo me pregunto, ¿tan difícil es trabajar en algo tan obvio?

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