Me ha gustado el deporte, más practicarlo
que verlo, me ejercité en el yudo durante muchos años, el miedo a lesionarme me hizo dejarlo; ese miedo hizo que lo sustituyera por el atletismo, ahí estuve corriendo largas distancias (20-30 Km) y haciendo velocidad (400-800 m) estaba preparado para una maratón, me quedé con las ganas.
La
política y el sindicalismo hizo que abandonara esa afición y mi organismo lo
pagó caro, engordé y engordé hasta no poder más. Una vez prejubilado quise
retomar algo más tranquilo, opte por el
senderismo, me gustaba el contacto con la naturaleza, pero aún sigo echando de menos aquellos deportes más intensos, no se puede negar, la edad es un impedimento para determinadas actividades deportivas.
senderismo, me gustaba el contacto con la naturaleza, pero aún sigo echando de menos aquellos deportes más intensos, no se puede negar, la edad es un impedimento para determinadas actividades deportivas.
Aunque ahora se puede salir a la calle, durante el confinamiento, hacer ejercicio o darse
largas caminatas ha sido algo prohibido, había que hacerlo en casa, organicé una tabla
de gimnasia personalizada, de aquella etapa deportiva tengo distintos libros de ejercicios, “Enciclopedia completa de
ejercicios” de Diagram Group, “Estirándose”
de Bob Anderson o el libro de Juan Mora “Correr/Manual
para hacer footing y maratón”. No es fácil hacer actividad deportiva en una casa,
las articulaciones sufren, pero peor es no hacer nada, así que, desde el primer
día de confinamiento puse buena música, al menos la que a mí me gusta, en esos momentos deportivos
me han acompañado, José Feliciano,
Ismael Serrano, John Denver, Franco Battiato o los Beatles, que gran
invento ha sido el Spotify; el primer día comencé con 20 minutos; con los días, se alargaron a 30’, más tarde 45’ y, en vísperas del desconfinamiento, ya llevaba una hora que con la tabla de estiramiento se alargaba un poquito más, el recorrido: salón, pasillo, dormitorio,
entrada y cocina, media vuelta y regreso por el mismo camino, francamente
terminaba cansado, al menos he notado que me ha servido para no coger peso, tras la reconfortable ducha, se continuaba con la sección de lectura.
Llegó el día del desconfinamiento, ya podemos salir a hacer ejercicio, solo hay que levantarse pronto y estar en la calle a las 8 de la mañana, es pura delicia, parece mentira que uno necesite tanto la calle, ver a otras personas, poder respirar ese aire nuevo que hemos dejado limpio, antes de volverlo a ensuciar, notar la tensión muscular que más tarde se transformó en "agujetas", ver como la primavera ha explotado y como la Vega de Granada se ve impresionante con sus huertas de habas, alcachofas y distintas frutas de primavera; recortando el horizonte, se aprecian los últimos restos de nieve de Sierra Nevada, nunca me había gustado tanto salir a trotar, tras dos horas aproximadamente se regresa a casa y a la ducha reconfortante.
Llegó el día del desconfinamiento, ya podemos salir a hacer ejercicio, solo hay que levantarse pronto y estar en la calle a las 8 de la mañana, es pura delicia, parece mentira que uno necesite tanto la calle, ver a otras personas, poder respirar ese aire nuevo que hemos dejado limpio, antes de volverlo a ensuciar, notar la tensión muscular que más tarde se transformó en "agujetas", ver como la primavera ha explotado y como la Vega de Granada se ve impresionante con sus huertas de habas, alcachofas y distintas frutas de primavera; recortando el horizonte, se aprecian los últimos restos de nieve de Sierra Nevada, nunca me había gustado tanto salir a trotar, tras dos horas aproximadamente se regresa a casa y a la ducha reconfortante.
Un día menos para la "nueva normalidad", ¿será nueva, o más de lo mismo?
Postdata. Mientras escribo esta entrada me entero que a todos los jugadores profesionales de fútbol les están haciendo los test del Covid-19, es una auténtica vergüenza que estos millonarios, algunos casi analfabetos, sean considerados más prioritarios para la realización de esos test que los médicos, enfermeros y todo aquel que ha estado en primera linea de batalla contra el virus. UNA VERGÜENZA.
Postdata. Mientras escribo esta entrada me entero que a todos los jugadores profesionales de fútbol les están haciendo los test del Covid-19, es una auténtica vergüenza que estos millonarios, algunos casi analfabetos, sean considerados más prioritarios para la realización de esos test que los médicos, enfermeros y todo aquel que ha estado en primera linea de batalla contra el virus. UNA VERGÜENZA.