Leyendo “las uvas de la ira” de John Steinbeck, recibió el premio
Pulitzer por esta obra y posteriormente en 1962 fue Premio Nobel de Literatura,
me encuentro con un párrafo de plena actualidad que dice:
“…Un
hombre puede conservar la tierra si consigue comer y pagar la renta, lo puede
hacer.
Si, puede hacerlo
hasta que un día pierde la cosecha y se ve obligado a pedir dinero prestado al
banco.
Pero, entiendes, un
banco o una compañía no lo pueden hacer porque esos bichos no respiran aire, no
comen carne. Respiran beneficios, se alimentan de los intereses del dinero. Si
no tienen esto mueren, igual que tú mueres sin aire, sin carne. Es triste pero
es así. Sencillamente es así.”
Tras escribir este libro, odiado y
repudiado por el poder americano, llegó a decir:
“Quiero
colocarles la etiqueta de la vergüenza a los codiciosos cabrones que han
causado esto”.
Y
es aquí donde quiero llegar, la novela escrita en el 1939, es un reflejo de lo
que ha ocurrido en España y en Europa en los últimos años, está claro, “la
historia se repite” y “no aprendemos de nuestros errores”, en tanto que esos que comen y viven por y para el dinero siguen siendo más depredadores que nunca, además se encuentran apoyados por un poder político que ha dejado al margen a buena parte de la sociedad vendiéndose al poder económico.