No
sé por qué me sorprendo, llevo algo más de 10 años de vacaciones
permanentes, será la costumbre anterior, cuando llegaban determinadas fechas se
entraba en un “impase” hasta que pasaban esos días; bueno, llega la Semana
Santa, fiesta para niños y para muchos adultos, días de no hacer nada de ir a
la playa quien pueda, a la montaña quien la tenga cerca, y quien no pueda se
queda en casa a pasear por las calles viendo las procesiones, dudo que a mí me
vean en alguna de ellas.
En estos días santeros, para algunos,
voy a ver si me viene la inspiración, llevo un tiempo totalmente plano,
desganado y en estas fechas aún dolorido de tanto patear una isla para mi desconocida. Espero
que disfrutéis de estos días, yo me voy a meter en mi interior intentando buscar
quien soy y adonde voy, ¡¡ah!! Y entre pensamiento y pensamiento caerá alguna
comidita típica de este periodo de postración y misericordia, ya tengo en mi memoria comer un buen potaje de garbanzos y bacalao, unos voladillos de idem, roscos de vino,
buñuelos, pestiños, torrijas, leche frita…., todo eso bien acompañado con
buenos vinos, no me digáis que con alimentos como estos no se pasa mejor la
Semana Santa, lo malo es que he venido con un par de kilos de más de mis
anteriores vacaciones, aún así, creo que voy a volver a pecar, luego me confieso y en paz queda el alma, que suerte tienen los cristianos, se pueden cometer las mayores tropelías que Se va a un confesionario y los pecados son perdonados.