No pensaba escribir sobre
el tema, pero después de leer y escuchar tantas cosas he decido plasmar mi
posición que a pesar de estar clara en el título deseo ampliar un poquito más,
solo un poquito, la cosa daría para mucho.
El informe Oxfam (1) dice
que los 85 personas más ricas del mundo tienen el mismo
dinero que la mitad más pobre del planeta (3.000 millones de seres humanos). La mitad de la riqueza del
mundo está en manos del uno por ciento de la población.
Los atentados de Francia han provocado un enorme revuelo y
apoyo solidario, es entendible, pero no olvidemos que en otras partes del mundo
se producen esos mismos atentados, incluso con más muertes, es el caso de Pakistán,
Irak, Afganistán, Palestina, Somalia, Nigeria, Argelia,…(2) ¿Qué ocurre en estos
casos?, ¿Dónde están los movimientos de apoyo a la ciudadanía?.
Cuando veo a los grupos terroristas que atacan sin distinguir quien
es quien y están armados hasta los dientes, hay que preguntarse varias cosas,
la primera ¿Quién
les da las armas que llevan?, estirando del hilo no es difícil llegar
a la punta, son los mismos que tienen fábrica de armas y un buen comercio de
ellas, seis son los grandes países exportadores de armas (Alemania, China,
Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia), suministran en torno a tres
cuartas partes del valor de las armas que hay en el mundo,son los mismos países que se sientan en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho de veto, bueno ya sabemos quién
las venden, los que más golpes de pecho se dan; la segunda pregunta ¿Cómo se compran esas armas? Aquí nadie da
nada regalado salvo a cambio de algo, y aquí está el tema fundamental, la venta
a esos países del petróleo sacado bajo cuerda de países
árabes, de diamantes de sangre, oro, del Coltan
Congoleño, de la venta de grandes pozos de agua a
China o de productos agrícolas y pesqueros vendidos a Occidente a precio ridículo. Es una
casualidad que estos países con grandes riquezas pero con extremada pobreza
viven en una guerra constante o con gobiernos dictatoriales o sin gobierno,
esto interesa a Occidente o a las
grandes multinacionales que solo tienen que negociar con el tirano de turno.
Si
en lugar de este tipo de transacciones que solo pretende el beneficio de
Occidente y el enriquecimiento de unos pocos tiranos, se dedicara a educación,
salud y a elevar el nivel de vida de esas poblaciones sometidas, seguramente
habría menos terroristas, menos miedo y más libertad de todo tipo, incluida la
de expresión. La desigualdad extrema no es inevitable, hay que revertirla lo
antes posible si no deseamos seguir lamentándonos los ciudadanos en tanto que
los políticos y multinacionales juegan a la hipocresía.
· (1) Amnistía
Internacional.
· (2) Real
Instituto El Cano