John Banville recibió el “Premio Príncipe de Asturias de la letras 2014”, queriendo saber quien es, me entero que con el seudónimo de Benjamín Black escribe lo que llaman “novela negra”, para algunos, no para mi, un género menor de narrativa, sigo buscando, y leo algo que se dijo de él en una entrevista:
"Sucede
que me canso de ser Banville y decido crear un ‘álter ego’ literario". Sí, esa
sería su salvación. Debía ser un tipo que no se le pareciera en nada: narrativo
en vez de lírico; superficial en vez de sutil. Su voz debía sonar objetiva, aferrada
a los hechos. Anochecía ya cuando se sentó frente al ordenador y sus dedos
teclearon: «El secreto de Christine.
Novela negra de… Benjamin Black». A partir de aquella tarde, Black trabajaría
por las noches y Banville por las mañanas. Banville
escribía apenas 200 palabras al día que
repasaba hasta la náusea. Black, en
cambio, escribía 2.000, pasaba el corrector ortográfico y las daba por buenas. A continuación se preparaba un dry Martini y pinchaba jazz de los cincuenta en el
tocadiscos de su mentor.
Raudo
busco esa primera novela negra de Black “El
secreto de Christine”, la encuentro editada en Alfaguara siendo su extensión
de 392 págs., un largo fin de semana de intensa lectura. La sinopsis del libro se resume de la siguiente manera:
Entre tabernas, humo, whisky, poderosas congregaciones
religiosas y dudosas obras de caridad, el Dublín de los años 50 esconde
terribles secretos. Por los pasillos de los orfanatos y tras los pasos de
silenciosas monjas de centros que acogen a mujeres embarazadas de las clases
más desfavorecidas de la ciudad, crece una tenue
Magnífico
descubrimiento, solo espero que el resto de su obra sean como esta novela que me ha recordado aquellas de autores de los años de la Gran Depresión, no es extraño, los herederos de Raymond Chandler, creador del famoso
detective Philip Marlowe, también
llevado al cine e interpretado por Humphrey Bogart o Robert Mitchum , le han pedido que resucite al detective, Black,
ha aceptado el compromiso, pronto volveremos a ver a Marlowe con su sombrero caído sobre
los ojos y un cigarrillo en la boca buscando en la oscuridad de la noche entre niebla y humo.
“El secreto de Christine” es un libro
fascinante donde su fuerte se encuentra en el clima creado y en las
descripciones, es una novela que, como toda “novela negra”, está escrita para
ser leída de una sentada, pero no, hay páginas en la que uno se quiera detener
para saborearlas. No olvidemos que su autor es uno de los grandes, y le gusta la novela negra, como a mi.