Hoy es lunes de Resurrección,
se acabó la Semana Santa; por lo que cuentan, ha sido una buena Semana para el negocio, no ha
llovido, ha hecho sol y calor, esto ha sido bueno para las Cofradías y para el
sector hostelero. Este año no se han visto ningún nazareno llorando y sí mucho
cuerpo semidesnudo en las playas; nos dicen, el dinero vuelve a fluir. Los hombres del tiempo ya se pueden
quedar tranquilos, no les pueden acusar de agoreros.
No he salido mucho, he tenido la suerte
de estar durante varios días con mis nietos en casa, viven a escasos 5 kilómetros,
pero les gusta venirse con sus abuelos, hacen lo que les viene en gana,
salen al parque, juegan con amigos del momento, se pelean sin que apenas se les
regañe y sobre todo quieren dormir en un colchón inflable, no se que tendrá el
jodío colchón; al final, cuando se marchan, quedamos algo tristes y con unas cuantas
agujetas; precisamente porque apenas hemos salido de casa, he leído mucho y he
visto algo la tele, mas que verla he hecho mucho zapping y de nuevo he visto y oído cómo
se puede decir en la misma noticia una cosa y la contraria, ¿dónde está el
periodismo y los periodistas?.
Leo en un blog religioso que “los seguidores del
Nazareno, (yo no lo soy pero creo en este caso lo que dice), tienen que creer firmemente que
es posible un mundo distinto, una sociedad distinta donde la fraternidad, la
igualdad y la verdadera democracia se hagan realidad. Un mundo, en definitiva,
en que se respeten los derechos de todas las personas y los derecho de la madre
Tierra. Donde el compartir sea lo más normal y natural”. Tras leerlo, digo que esa debería ser la auténtica iglesia, sin embargo uno se topa con la Iglesia real, con el Monseñor Rouco, o los Obispos de Málaga, o de
Pamplona, o Alcalá de Henares, o San Sebastian, por no decir el de mi ciudad Granada, a este ya no se le tiene ni en
cuenta, todos los días suelta una más gorda.