Los españoles hemos tenido un
gran defecto, nos creíamos lo más de lo más en casi todo, especialmente en algo
que se llama felicidad, entendiendo
por felicidad como “un estado
emocional que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada. Tal estado propicia paz
interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a
conquistar nuevas metas”.
En los
últimos años, los españoles vivimos pendientes de múltiples cuestiones como: el
miedo a quedarse desempleado; la corrupción de nuestro políticos; si nos
quedamos sin vivienda; si podremos llevar a nuestros hijos a la escuela o a la
Universidad; o ¿que ocurrirá si enfermamos?, ¿nos moriremos en la calle?, ¿nos quedaremos sin pensión?;igualmente otros viven pendientes de lo
que dice o pueda decir sobre nosotros el FMI entre ellas si el turismo acaba con nuestros males al volverse a relanzar; por terminar, otro de nuestros motivos de tristeza, dado los debates abierto, es si el arroz
valenciano lleva o no cebolla o si la tortilla de patatas está más o menos rica
con ese mismo producto, estas son algunas de las grandes preguntas
existenciales que nos hacemos los españoles en estos tiempos.
Según
dicen los entendidos, la felicidad depende de las respuestas a esas preguntas y esta cuestión la han analizado, como siempre,
los americanos en una fundación llamada NEF y podéis acceder a su página en el
enlace http://www.happyplanetindex.org/data/ , solo pasando por el mapa
del mundo “el ratón”, os dará el dato.
Este ranking de felicidad, formado por 151 países, está encabezado por
Costa Rica, país al que siguen Vietnam y Colombia. Potencias europeas como
Alemania y Francia ocupan los puestos 46 y 50, mientras que para encontrar a
España tenemos que descender hasta la posición número 62. El todopoderoso
Estados Unidos, en cambio, ocupa el lugar 105 de esta lista que cierran Chad
y Botswana como los países menos felices del planeta.
Con los datos que nos ofrece ese enlace
la máxima de “no es más feliz el que más tiene, sino el que menos
necesita” se hace casi una realidad.