Hace unos años leí el libro de Theodore Roszak “El culto a la información” que tiene como
subtitulo “Un tratado sobre alta tecnología, inteligencia artificial y el verdadero arte de pensar”, lo que deja claro el camino por el que circula.
El libro me ha venido a
la memoria con motivo de todos los recortes educativos, la ampliación de la
ratio por alumnos en las aulas y la ampliación de la tasas universitarias y
sobre todo la batalla del poder político por hacerse con medios informativo
de primer orden desde donde lanzar consignas.
Entre muchos de los temas que recuerdo, entresaco que lo fundamental de la educación en los primeros años, es el
aprendizaje, lo que él autor llama “ideas maestras” , es decir los paradigmas tanto
morales como metafísicos que se hayan en el corazón de todas las culturas, estas
“ideas
maestras” pueden enseñarse de muchos modos, desde la escuela, la
familia a la televisión, cine, Internet …, estas tres últimas
ofertas están eclipsando a las tradicionales. Por desgracia, estos sistemas de comunicación están, en su mayor parte, en manos de oportunistas comerciales
que normalmente no ven mas que un medio para ganar dinero y no un modo de hacer
pensar. Como decía Sócrates “Conócete a ti mismo”, para poderse
conocer uno ha de hacerse poniendo en entredicho valores ancestrales y
identidades prescritas, o lo que es lo mismo, produzcamos
contraste critico y de esta manera hagamos que la mente cobre vida. Este planteamiento
socrático no lo veo en ningún canal televisivo, en Internet hay que buscar
y el cine se ha convertido en un
producto demasiado comercial como para emitir esas antiguas películas llamadas
de culto tan solo vistas en pequeños cines.
Decía Roszak que si la educación se pone en manos de mentes
estrechas y tímidas las ideas se abaratan o puede venir el adoctrinamiento si la religión o el
estado se convierten en instituciones dominantes.
Una de las muchas conclusiones de Roszak como la de McLuhan eran
que en la
educación, el contenido debe de ser antes que el medio, el
gobierno, como casi todos, lo ha hecho al revés ha conseguido el medio por real decreto y
ahora vendrán los contenidos doctrinadores. Pensar es gratis, solo nos queda producir el
contraste crítico ¿seremos capaces?. Emilio
Manuel M.