jueves, 19 de julio de 2012

"CORAZÓN HELADO". LIBERTAD SIN IRA (2ª PARTE)


Continuando con la lectura del “Corazón Helado” de Almudena Grandes, en su tercera parte aparece una letra que me marcó, incluso diría que lo hizo a toda una generación que participó en la transición, es la canción “Libertad sin ira” cantada por Jarcha siendo el autor de la letra José Luis Armenteros.


Releyéndola creo que, cambiando levemente alguna estrofa, sigue vigente y podría ser cantada en la actualidad manteniendo todo su contenido de canción protesta, solo una cosa, ni los cantautores, ni este tipo de canción está de moda, las modas van por otros caminos mucho más ligeros en los que no hay que pensar ni reflexionar.


Dicen los viejos que en este país hubo una guerra
y hay dos Españas que guardan aún,
el rencor de viejas deudas
Dicen los viejos que este país necesita
palo largo y mano dura
para evitar lo peor

Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla
Dolor y miedo
Gente que sólo desea su pan,
su hembra y la fiesta en paz

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá
Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana
Y no es posible que así pueda haber
Gobierno que gobierne nada
Dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta
que todos aquí llevamos
la violencia a flor de piel

Pero yo sólo he visto gente muy obediente
hasta en la cama
Gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras y en paz

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá
Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá (bis)

miércoles, 18 de julio de 2012

"CORAZÓN HELADO". SI DESEAMOS, NO DESESPEREMOS. LUCHEMOS (1ª Parte)


                  He terminado de leer, el libro de Almudena Grandes, “Corazón Helado”  editado en el año 2007 por Tusquets. El título de la extensa novela, tiene cerca de la 1000 páginas, está inspirado en un poema de Machado:     

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

         A modo de pequeñísimo resumen, nos cuenta la historia de dos familias y los efectos de la guerra civil española en sus vidas.

            La estructura general de la novela es un fórmula conocida tanto en literatura como en el cine, especialmente en los últimos tiempos: Novela/cine histórico + Dos grupos antagónicos y enfrentados + Romance entre dos personajes de los grupos, sin embargo, Almudena contrarresta esto con calidad,  con unos personajes en  constante reflexión y un análisis de la mente humana y su funcionamiento, mostrándonos las diferencias entre los opuestos y la lucha contra las raíces de cada uno de los personajes.

         Han sido muchas las frases cargadas de intensidad y con mucha actualidad, de todas ellas entresaco esta que ha sido motivo de reflexión:

          “ LOS HUMANOS SON SERES QUE DESEAN Y LA DESESPERACIÓN LES ARREBATA SU PROPIA ESENCIA, LOS DESECA, LOS DESTRIPA, LOS ARRUINA, LOS EXPULSA DE SI MISMOS POR EL CAMINO TEMPLADO Y ENGAÑOSO QUE CONDUCE AL DESTINO DE LAS COSAS, AL CANSANCIO DE LOS VEGETALES POLVORIENTOS Y DE LOS MINERALES ENTERRADOS E INERTES” (Pág. 238).

          Una de las tesis de la novela es que sería importante para la actual sociedad española que, ha pasado un período traumático de guerra civil y un largo periodo de dictadura, se reconcilie  con su pasado, respetar el derecho de saber de cada individuo y no alimentar los pensamientos de venganza destinados a los descendientes de quienes  fueron parte de la injusticia. 

       Ante la tesis anterior, existe aún muchos miedos, basta leer lo que se dice  cuando se quiere buscan a algún familiar enterrado en una cuneta.  Si  queremos ir contra esos miedos, sí lo deseamos y la desesperación o ese  miedo nos convierte en “cosas inanimadas”, luchemos por todo aquello y por lo que nos quieran arrebatar, no nos transformemos en estatuas de sal, porque como dice uno de los protagonista: “ Este país está mal hecho y hay que volver a hacerlo entero, de arriba abajo” (Pág. 244).         Emilio Manuel M.
        


viernes, 13 de julio de 2012

LEY Y “RAZONES IDEOLÓGICAS”


He leído, en el suplemento de Salud del grupo Vocento, una entrevista al Juez de Menores de Granada Emilio Calatayud en el que se refiere a  un hecho que se le planteó por “razones ideológicas”, el caso es el siguiente:

“Una familia que, por sus creencias religiosas, no admitía las transfusiones de sangre. La madre iba a dar a luz y podía necesitar sangre, ellos se negaban rotundamente a que la recibiera. Entonces les dije: La solución es muy sencilla: ustedes están dentro del sistema sanitario español y yo tengo que autorizar al médico a que adopte todas las medidas que estén a su alcance para salvar una vida; y si entre esas medidas está la transfusión de sangre, pues habrá que hacerla. Yo no ordené nada al médico, me limité a autorizarle a que llevara a cabo esa intervención. Y, pese a esas razones, aquella familia seguía sin querer la transfusión. Pero es que no había otra medida alternativa, que es algo que siempre hay que constatar. Si se pueden conciliar los derechos de unos y otros, pues mejor que mejor. Pero en aquel caso, ya digo, no había otro tratamiento posible que la transfusión. Así que la única salida que me quedaba era recomendar a la embarazada que pidiera el alta voluntaria y se fuera a dar a luz debajo de un puente.

           El entrevistador le pregunta: ¿Eso les dijo?.
           A lo que el juez responde: Pues sí.¿Qué otra cosa podría hacer? nadie les había obligado a ir al hospital, pero una vez que ya estaban allí debían atenerse a las normas y conformarse con los medios que les ofrecían. Insisto, yo no di ninguna orden, pero tenía la obligación de informarles de que no tenía más remedio que autorizar todas las medidas que fueran necesarias para salvar la vida de la madre y de su hijo.

           Entrevistador: ¿Y que hicieron?

           Juez: Se quedaron en el hospital.”

         Un tema que nos permite reflexionar sobre nuestras leyes y las razones ideológicas individuales o de colectivos, la actuación llevada a cabo por este juez nos da motivo para hacerlo, ¿ fue justo plantearle a la parturienta y su familia ese dilema? tengamos en cuenta que hablamos de un país donde, en teoría, hay libertad religiosa, ¿hasta donde podemos llevar esa libertad individual? . El juez Calatayud aplicó en este caso el consabido refrán "donde fueres has lo que vieres"        Emilio M. Martín

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