Ayer
día 22 se celebró, propiciado por Naciones
Unidas, “ El Día Mundial del Agua y la Seguridad Alimentaria”, este mismo
Organismo Internacional nos manifestó hace breves fechas que se ha cumplido con uno de los Objetivos del Milenio (ya he hablado de
ellos) el relativo a reducir a la mitad
la proporción de personas sin acceso al agua potable, visto así la noticia
parece que todo está resuelto y que todos o casi todos ya nos llega el agua a
casa a través de sus tuberías y sus grifos correspondientes, ¡¡pues no,
rotundamente no!!, este mismo organismo nos dice que al menos el 11% de la
población mundial –aprox. 783 millones de personas- aún no tienen acceso al
agua potable, ¿son pocos?, ya no
hablamos de tuberías es que ni tan siquiera acceden a pozos protegidos.
Para
dar soluciones a este bien escaso, ya se ha abierto una guerra por el agua, según la ONG Intermón Oxfam a pesar de
la aparente abundancia, se nos llama el planeta azul, el agua es un bien
escaso: solamente un 3% del total de la masa de agua es dulce. La mayor parte
se encuentra en los Polos, o bien se trata de aguas subterráneas. Menos del 1%
del total disponible de agua dulce es accesible al formar ríos, lagos y pozos. En
esta guerra por conseguirla hay varias multinacionales que participan en ella son
Monsanto y Bechtel que están
buscando controlar los sistemas de agua y su abastecimiento en todo el mundo a través
de sus filiales. Hace unos años el Banco
Mundial (BM) adoptó una política de privatización del agua y
también para la estipulación del precio del agua a un costo total. Esta
política está causando gran aflicción en muchos países del Tercer Mundo, que
temen que sus habitantes no puedan afrontar la tarifa del agua. La resistencia
fundamental a la privatización del agua surge a medida que las compañías
expanden su margen de ganancia.
¿Qué ocurrirá si un recurso tan básico
como el agua cae en manos privadas?, ¿Quién ganará la guerra ya planteada?
El
agua promete ser en el siglo XXI lo que fue el petróleo en el siglo 20, el bien
precioso que determina las riquezas de las naciones. Sin embargo, 160 gobiernos
reunidos en la Haya-Holanda en el 2000 acordaron definir el agua como una
necesidad humana (que estupidez) y no como un derecho del hombre. No es pura semántica...un derecho no se
compra. Esta es la causa por la que en los últimos tiempos, las grandes
corporaciones están pasando a controlar el agua en gran parte del planeta y se
especula que en los próximos poseerán el control monopólico de casi el 75 % de
este recurso vital para la vida en el planeta.