Los Bororo, también
conocidos como Wodaabe, es uno de
los últimos pueblos nómadas del
planeta, pertenecen a la etnia fulani
que abarca una franja comprendida entre Senegal y la República Sudafricana.
Al ser un pueblo nómada, de forma
periódica, los distintos clanes se reúnen
a finales de septiembre, coincidiendo con el final de las lluvias, en unos de
las celebraciones más curiosas de toda África, es el llamado Festival Gerewol, que tiene lugar
en Níger y es una de las celebraciones más curiosas de todo África. Durante
diez días centenares de pastores nómadas se reúnen para arreglar matrimonios y
propiciar pactos entre los diferentes clanes.
Su máxima: “PRIMERO ES LA BELLEZA, SEGUNDO EL REBAÑO Y
TERCERO LA MUJER” , resume los
valores por los que este pueblo se guía desde tiempo inmemorial. Se podría hacer un tratado de filosofía sobre esta máxima, pero no es cuestión, aunque podríamos decir que se refieren a: Primero, quiero estar guapo para atraer a mujeres y tener hijos, segundo el rebajo para mantener a la familia y a la colectividad y tercero la mujer que ocupa todo el espacio; esto es mucho más que lo que manifiestan los hombres en colectividades del primer mundo.
El festival Gerewol, está organizado
para fijar matrimonios entre distintos familias de clanes diferentes, los
bororo son un pueblo polígamo cuyo
primer matrimonio es pactado por los padres y se establece entre jóvenes del
mismo linaje, las siguientes uniones
son libres, de este modo, con la fiesta, se evita la endogamia, asegurando la continuidad de la etnia.
El hombres bororo, en este fiesta-festival, cuida
hasta el último detalle para superar en belleza a los demás. Se establece un
juego en el que las miradas escrutadoras se alternan con retoques cada vez más
minuciosos. Se maquillan aplicando a su rostro ocre mezclado con grasa para
suavizar los rasgos, se pintan sus párpados con khol –que resalta la movilidad de las pupilas- por último, dibujan
una línea que divide la cara en dos destacando el perfil.
La
mujeres mientras tanto esperan el espectáculo.
Todos
los varones mayores de 12 años tienen derecho a bailar y a participar en el
concurso, estos hombres dejarán de formar parte de la fiesta cuando sus hijos
mayores pasen a reemplazarlo.
La prueba más importante son los
bailes, llamados “yaake”, donde los jóvenes deben demostrar su presencia
física, aplomo y sentido del ritmo, y la particular belleza de sus rasgos
faciales. Antes de comenzar el baile se suelen tomar una bebida con propiedades
psicotrópicas que les ayuda a realizar mejor su danza
Una vez que la mujer elige a su pareja,
con discreción desaparecen entre los matorrales , inundando la noche de sonidos
sofocados.
Durante toda una semana se repite el
ritual, transcurrido este se levanta el campamento y la fiesta se volverá a
repetir al próximo año.