En los últimos años, diría que desde finales de los 80, ha habido un cambio, que considero importante en el lenguaje, sobre todo a la hora de explicar en los distintos medios de comunicación determinadas actuaciones de los distintos poderes fácticos.
Esta manipulación, hay que llamarla de esta manera, dio comienzo con el ejercito, cuando bombardeaban una ciudad y mataban a un número indeterminado de personas civiles, algo que podía resultar duro para cualquier persona más o menos sensible, ahora se dice: “se han realizado varias intervenciones aéreas y se han producido daños colaterales”, no se especifica lo que son los daños colaterales pero ya sabemos que son muertos en hospitales, escuelas es decir, hombres, mujeres, ancianos, niños, que nada tienen que ver con la guerra.
Nos hablan de “restablecer la democracia”, de defender al pueblo oprimido, de libertad, de derechos humanos ¿Qué derechos? ¿Hablamos del derecho a la comida, a la vivienda, a la educación? No. Hablan de libertad ¿Libertad para qué? , seguro que es para tener mayor libertad para extraer sus riquezas o establecerse como zona estratégica y así dominar mejor el espacio escogido.
Hablan de “reestructuración de plantillas” para no decir despidos suena peor, produce rechazo y perjudica a la marca. Así, Telefónica, “reestructura su plantilla”, tras publicar unos escandalosos beneficios en plena crisis. Dicen “mayor flexibilidad laboral” que significa más facilidad para echar a los trabajadores a la calle
Hablan de “austeridad en el gasto” y quieren decir reducción de los servicios que presta el Estado aunque los salarios de los políticos no entre en esa austeridad.
Nos dicen que hay que “reducir el gasto social” y ponen lo de “gasto” para que nos suene a despilfarro.
Atender las “exigencias de los mercados”, las personas de buena fe piensan en la lógica de defender la oferta y la demanda en un mercado competitivo, no es cierto, hoy, los mercados son especulativos y se mueve libremente por todos los países rapiñando lo que pueden marchándose a dormir a los paraísos fiscales.
Se dice que hay que “apoyar a los empresarios” Al oír hablar de apoyo a los empresarios todos pensamos en el tendero, el propietario de un camión, el comisionista de abastos, el fabricante de cajas de cartón, el fontanero o el dueño de un bar o tiene más que ver con aquellos empresarios de capital que se mueven dirigidos por bancos y fondos de inversión.
Son demasiadas palabras nuevas que significando lo mismo que las viejas, sin embargo son menos rudas, menos crudas y menos clarificadores, todo ello con un fin, que el pueblo no se entere de nada, la labor didáctica no existe, de ahí que su objetivo es engañar a los ciudadanos. (Total palabras: 454)