Los
medios de comunicación deben de estar muy, pero que muy contentos; sus
periódicos, radios y televisiones no tienen que utilizar noticias de relleno
para hacer sus artículos, tertulias, telediarios y editoriales; ha sido un mes
más que completo y eso que aun no ha terminado; hemos tenido manifestaciones sindicales contra los recortes y manifestaciones
políticas por la independencia de
Cataluña, la salida de Esperanza Aguirre
de la Comunidad de Madrid, y como traca final y en un solo día la carta del rey diciendo que se dejen los
nacionalistas de tonterías y el fallecimiento
de Santiago Carrillo.
De todas esas noticias, para mí, la más importante es la
muerte de Carrillo a la edad de 97 años, hombre siempre controvertido por lo
que dicen que hizo durante la guerra civil, teniendo en cuenta que estaba en el
bando Republicano, solo hizo lo que tenia que hacer, defender el Gobierno
legítimo, tampoco, pese a ser Secretario General del
PCE en el exilio, dejó muy contento a su gente cuando llego a España, hoy, una vez muerto, todos aquellos que lo expulsaron lo loaran, son las cosas que pasan en este país cuando uno se muere; fue un
hombre que dejó mucho de su ideología para dar paso a lo que muchos creíamos
que era una democracia, con el paso del tiempo me he desengañado, el mismo manifestó que esa transición estuvo llena de
trampas y que no fue nada modélica, las consecuencias las estamos viendo, no ha
habido esa reconciliación que el pretendía, motivo por lo que él dejó tanto. A Carrillo lo he seguido desde que
abandonó la política, en la radio, en sus artículos y siempre me ha sorprendido
gratamente en una doble vertiente, sus posiciones y su claridad de ideas, bien
es cierto que cuando se va alcanzando una edad, uno comienza a olvidar cosas
que hizo en su juventud y se vuelve más conciliador.
Ha fallecido un hombre que forma parte de la historia de
este país, seguramente, como otros muchos casos, se lleva a la tumba muchas hechos
que nos gustaría conocer y que aclararían muchas de nuestras dudas históricas
tanto de la República, de la Guerra incivil y de la transición, en unos
momentos en el que la derecha quiere reescribir la historia y que seguramente tras su muerte se cebarán con él, descanse en paz.
Emilio Manuel Martín
Emilio Manuel Martín