Hace unas
entradas traté sobre una frase del President de la Generalitat, en la que
manifestaba que “a los andaluces y gallegos no se nos entendía hablar el castellano”;
este comentario me lleva a tratar esta
entrada sobre lingüística, que para entendernos, es el estudio científico tanto
de las estructura de las lenguas naturales (formas de lenguaje humano con fines
comunicativos que está dotado de una sintaxis y que obedece a principios de economía
y optimización) como del conocimiento que los hablantes poseemos de ellas.
El comentario del
Sr. Más también me recordó la hipótesis de Sapir
Whorf en la que establece que “existe cierta relación entre las categorías
gramaticales del lenguaje que una persona habla y la forma en que la persona
entiende y conceptualiza el mundo”, en román paladino, quiere decir que
el idioma influye en nuestra forma de
pensar. Un claro ejemplo de esta
hipótesis es como los beduinos del desierto tienen múltiples maneras de definir
la arena, algo que ocurre igualmente con algunos pueblos de la selva amazónica
para distinguir distintas tonalidades del verde arbóreo, otras culturas
distinguen diferencias entre animales del mismo tipo que para nosotros son inapreciables.
Una
lengua es un producto cultural, que se conforma y se modifica a través del
tiempo gracias a las aportaciones de los distintos grupos sociales que
interactúan en una comunidad, por el lenguaje nos vinculamos unos con otros y
con el medio que nos rodea, los comportamientos lingüísticos de cada persona
revelan su identidad al igual que los roles que quiere representar en la
sociedad.