Estaba terminando de leer lo
último de Lorenzo Silva “Donde
los escorpiones”, séptima entrega de los Guardias
Civiles Bevilacqua y Chamorro, una historia que transcurre en una base de
Afganistán (de nuevo este pueblo tan maltratado), la novela se lee bien, como todas las suyas, aunque el final está
cogido por los pelos para no molestar a nadie.
Como siempre, cuando leo un libro y refleja algún cantante o
grupo musical me arrimo al YouTube a escuchar esa música que forma
parte de la trama, en este caso se refiere a un cantante que, en un principio, me
pregunté ¿Quién coño (1) es este tío? no lo conocía, resulta ser el cantante y
fundador en 1987 de “Extremo Duro”, dicho así, hablamos de un gran
profesional de la música rock española que publicó en el 2015 su primer álbum en
solitario.
La canción enumera las diversas formas de abuso de unos
seres humanos sobre otros, y nos cuenta que fuera, en la calle, solo nos encontramos monstruos, por eso tenemos que embestir a esos
molinos que destruyen al ser humano y ajustar cuentas con aquellos que tienen rota la máquina de toma de decisiones.
Aquí dejo la letra y la canción
“Nana Cruel”
Roberto Iniesta
Duérmete que ya estás a
salvo de todo el sol,
se ha ido entusiasmado, le
ha salido bien este atardecer.
Duérmete que te voy a cantar
una nana tan cruel como la realidad,
Érase una vez una humanidad…
Yo que, yo que pensaba, yo
que creía firmemente en el amor,
hoy ya sé que no.
Que ya no importa y que a la
vida hay que buscarle otra razón,
y busco en los colores del
atardecer y no la encuentro.
Yo que pasaba las noches en
negociación,
yo que te espero.
Yo que hice cada segundo
otro mundo mejor,
yo que te espero.
Yo que velaba las noches
enteras.
Yo que, yo que querría poder
contarte que ahí afuera está la vida y solo hay gente que
quisiera comprenderte, y
abrazarte, y alegrarte y ayudarte siempre.
Yo que estudié al ser humano
te digo que no…
que ya nada espero.
Yo que intenté comprender
sus motivos, que no…
que ya nada espero.
Yo que quisiera encontrarme
contigo…
Yo que, yo que pensaba, yo que creí
firmemente en el amor…
No! Hoy ya sé que no.
Que ya no importa y que a la vida
hay que buscarle otra razón,
Y busco en los colores del atardecer
y no la encuentro.
Duerme que ahí afuera solo hay monstruos, solo hay gente que te compra y que
te vende, que te odia, que te miente, que te roba, que te mata, que te viola y
que no siente nada.
Duérmete, que ya se ha ido el sol,
que tenía que hacer, dijo, y se
marchó,
y prometió volver al amanecer…
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