|
Equipo de benjamines donde juega mi nieto. |
Me gusta el
deporte, de joven lo practiqué intensamente, hoy de forma muy suave, también
me gustaba ver los deportes de equipo, especialmente baloncesto y balonmano, y
los individuales como el atletismo y el Judo.
Hoy no soy seguidor de ningún equipo de fútbol, ni el de mi ciudad y eso que está en primera división, los
lunes abro el navegador y simplemente veo los resultados de la jornada, ¿he
dicho que no soy seguidor de fútbol? he mentido, soy seguidor del equipo de
benjamines (7-8 años) donde juega mi nieto, desde hace dos años no me pierdo un
partido, a veces ganan y otras pierden, cuando acaba el partido siempre
terminan dándole la mano al contrario, los padres y algún abuelo que por allí
andamos, ya nos conocemos, nos limitamos a animar a uno y a otro equipo; aunque
muy raramente, no siempre, he visto ese respeto en la grada visitante, algún insulto, la reprobación del entrenador por no poner al hijo, el
regañarle cuando acaba el partido, es vergonzoso, entiendo que esos padres que ven jugar y divertirse a sus hijos lo que tienen son grandes
expectativas de que sus hijos se conviertan en Cristianos
Ronaldos o Messis y que los retiren, como si eso fuera posible.
La mala
educación deportiva que le dan a sus hijos puede ser el principio de la violencia en el deporte, el peor
ejemplo lo tenemos en este domingo de fútbol en Madrid, un hombre “maduro” ha
muerto a golpes por parte de otros hinchas del equipo contrario, hoy nadie es el culpable de nada, en todo
caso escucho que el culpable es “la sociedad”, un modo de no querer mojarse,
para mí, si hay culpables, culpables son,
los medios de comunicación y los propios
club, basta escuchar a algunos periodista
como calientan determinados partidos, o los club como acogen y protegen
a estos “bichos” que son los ultras; en
el fútbol profesional hay mucho dinero y mucha cabeza hueca, tanto los medios de comunicación como los club perderían mucho dinero por el mero hecho de descender de categoría, la
suma de intereses, también empresariales, es tan grande que hay manos invisibles que tiran de los hilos
y tanto tiran que ocurren esas cosas tanto fuera como dentro de los estadios;
hoy se hablará mucho de ese caso de Madrid, dentro de dos jornadas ya se habrá
olvidado y volveremos a las andadas, yo seguiré viendo jugar a mi nieto y ver
que cuando terminan de jugar el partido se dan la mano aunque les haya marcado 10
goles.
Cuando leo al Sr. Gil Marín (hijo del Gil de Marbella), presidente
y dueño del Atlético de Madrid decir “que el no es nadie para disolver el Frente Atlético” -grupo de ultraderecha violento-,o al Sr. Simeone decir "Yo estoy para entrenar, no para tomar decisiones", me demuestra que algunos “personajes” tienen como objetivo ganar de cualquier
manera y no tienen ningún interés en resolver el problema. Lo hicieron los ingleses, eliminaron a los violentos de los campos de fútbol, ¿por qué aquí no se puede?.
En casa, los padres deben enseñar a sus hijos que para ganar hay que aprender a perder y, en los colegios, enseñar valores deportivos, así evitaremos lo que se ve y se escucha todos los fines de semana en los campos de deporte.