A pesar de que algún ministro Japones pide que los viejos tienen que morirse ¡¡ya!!, en nuestro país, gracias a estos viejos o mayores, muchas familias están soportando la crisis.
El mundo al revés, tradicionalmente en la cultura Mediterránea, ha sido habitual que cuando nuestros mayores no podían valerse por si mismos, fueran acogidos, por alguno de sus hijos que viven de forma independiente, de haber varios hijos, pasaban de casa en casa como la “falsa monea”. Esta dinámica ha cambiado y encontramos a abuelos que asumen el cuidado de sus hijos o nietos, en cuanto a los primeros, bien porque han perdido el trabajo, se han divorciado, carecen de vivienda o se la han expropiado y retornan a la antigua casa de los padres, en cuanto a los nietos suele ser por el hecho de que los padres trabajen, o en situaciones más traumáticas, por abandono o fallecimiento de los padres.
El mundo al revés, tradicionalmente en la cultura Mediterránea, ha sido habitual que cuando nuestros mayores no podían valerse por si mismos, fueran acogidos, por alguno de sus hijos que viven de forma independiente, de haber varios hijos, pasaban de casa en casa como la “falsa monea”. Esta dinámica ha cambiado y encontramos a abuelos que asumen el cuidado de sus hijos o nietos, en cuanto a los primeros, bien porque han perdido el trabajo, se han divorciado, carecen de vivienda o se la han expropiado y retornan a la antigua casa de los padres, en cuanto a los nietos suele ser por el hecho de que los padres trabajen, o en situaciones más traumáticas, por abandono o fallecimiento de los padres.
Lo cierto es que los
abuelos están volviendo a asumir unas funciones sociales en cuanto a trasmisión de normas, costumbres y valores socioculturales
que hasta hace no mucho tiempo se habían olvidado, están siendo, en muchos casos y debido a esta crisis, los pilares básicos de
la economía y la unión familiar, constituyendo una población oculta de cuidadores familiares que
sostienen a muchas familias en dificultades. Esto sugiere que las personas
mayores están desempeñando un papel crucial, resolviendo problemas de la vida
social. Un papel que es tan importante (o aún más) que el que desarrollan las
instituciones públicas y empresariales del sistema de bienestar. Son una fuente de
riqueza, pero como no se tiene en cuenta en el cálculo del PIB, pasa
desapercibida y no se valora. Quizá por eso, su papel apenas es
visible en el debate público.