Hemos
conocido la resolución del caso Nóos, ese juicio en el que se encontraban encausados una
principesa y su marido.
La sentencia ha dejado demostrado dos
cosas lamentables lo que demuestra que estamos aun anclados en el siglo XIX a saber:
1.-
Que la mujer en España depende de su marido, que no sabe y no contesta salvo
que él se lo mande, que la mujer es tonta, que ha de estar con la pata quebrada y en casa, vamos, que desde este momento en que se ha dictado esa sentencia en esta país la mujer casada es
una mujer florero.
2.-
Que la ley no es igual para todos, a una principesa se la salva de toda pena y
a una folclórica le endosan dos años de cárcel.
Con esto, ¿que se puede esperar? y lo que es aún peor, han sido tres magistradas mujeres las que han redactado la sentencia.